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Proceso de escrituración y cobranza: cómo ha afectado el COVID-19

El proceso de escrituración y cobranza de un proyecto inmobiliario, hace alusión a los trámites orientados a transformar, de modo masivo, las promesas de compraventas de las diferentes unidades en escrituras definitivas.

Inicia con el otorgamiento del Certificado de Recepción Municipal y finaliza con la Inscripción en el Conservador de Bienes Raíces, requisito de los bancos para desembolsar los montos de los créditos hipotecarios aprobados.

El impacto de la pandemia al proceso de escrituración y cobranza

El proceso de escrituración, que de por sí es un tanto complejo, ha sufrido retrasos a causa de la crisis sanitaria.

Como es sabido, en esta actividad intervienen diferentes instituciones que han tenido que adaptar sus flujos de trabajo a las medidas sanitarias o aforos permitidos en espacios públicos:

Notarías

La cobertura notarial en Chile es alta (92% de la población cuenta con notaría en su comuna).

Sin embargo, durante los primeros meses de la cuarentena, en el año 2020, muchas de las oficinas estuvieron cerradas, y luego de que fueron declaradas “actividades esenciales” operaron con sistemas de turnos o a media marcha, con horarios limitados y aforos reducidos.

Esto derivó, por ende, en una ralentización de solicitudes. Aunque se habilitaron algunos trámites notariales online, impulsados por la firma electrónica, las escrituras públicas tienen que sellarse de forma presencial y con rúbrica manuscrita.

No obstante lo anterior, en las cuarentenas del presenta año 2021, la notarías han podido funcionar con aforos y procedimientos, dando continuidad a la atención de público.

Conservadores de Bienes Raíces (CBR)

El plazo promedio de este trámite es de 2 a 3 semanas en el Conservador de Santiago, y de hasta 60 días en otras zonas.

Pero con la anormalidad derivada de la pandemia se han presentado retrasos importantes.

Ejemplo de ello es el CBR de la comuna de San Miguel donde fue necesario cerrar la atención al público a principios del 2021 por un brote interno de COVID-19; además los usuarios denunciaron en marzo demoras de más de cuatro meses en la tramitación de escrituras.

En el Conservador de Bienes Raíces de Punta Arenas también se han denunciado demoras en la atención y largas filas.

Mientras que en Santiago, en el período de pandemia del año 2020 operó con un mínimo de personal, período en el cual las inscripciones de propiedades registraron caídas cercanas a un 40% en la peor parte de la pandemia.

Cabe hacer presente, que en particular el Conservador de Bienes Raíces De Santiago, en este período de mayor restricción del año 2021, ha podido tener una muy buena cobertura de atención y de tiempos prácticamente normales.

Bancos

En el proceso de escrituración y cobranza concurren los «bancos alzantes» (para levantar hipotecas asociadas al financiamiento de los proyectos), y los «bancos otorgantes«, que toman hipotecas de la propiedad que financian a los compradores.

Aunque este tipo de entidades no cerraron sus puertas al público, sí han tenido que adaptar sus flujos de trabajo a las dinámicas del confinamiento y parte de su personal mantuvo labores de teletrabjo.

Si se considera que el proceso asociado a esta etapa de la escrituración y cobranza exige diferentes tareas como revisión legal y comercial de la propiedad, firmas físicas de las escrituras y cartas de resguardo, todo se ha ralentizado de forma significativa, en especial el proceso de alzamientos en algunas entidades bancarias.

Al final, estas demoras afectan el flujo de caja de las inmobiliarias y las expectativas de los compradores, que ven cómo la fecha de las inscripciones de sus propiedades se va extendiendo.

Artículo escrito por Rafael Gana Koporcic / Déjanos un comentario.

Photo by Anastasia Shuraeva from Pexels

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