Más allá de las restricciones de la banca a los créditos hipotecarios y el alza de las tasas de interés, uno de los principales obstáculos para poder comprar un inmueble son las presiones inflacionarias. Por esta razón, todos los actores involucrados en el mercado inmobiliario, incluidos los clientes, permanecen a la expectativa de cómo se viene la inflación este 2023 en Chile,pues en 2022 cerró con un 12.8%, la más alta en tres décadas.
¿Cómo afecta la inflación el precio de una vivienda?
Las propiedades son tasadas en UF, precisamente para protegerlas de las devaluaciones de la moneda asociadas a las presiones inflacionarias, y a medida que la inflación crece sube el valor de la UF y, por lo tanto, el costo del metro cuadrado.
Además, hay que tener presente que la inflación se refiere al incremento general y sostenido de los precios de bienes y servicios. Por esta razón, el valor de la vivienda sube por el impacto colateral que tienen las alzas en los precios de los materiales de construcción, de los costos del crédito hipotecario y el arriendo.
En diciembre de 2022, por ejemplo, una vivienda de 3.000 UF costaba 22 millones de pesos más que el 1 de enero del 2019, solamente por variación del valor de la Unidad de Fomento. Es decir, las familias han tenido que ahorrar o financiar 22 millones más para comprar la misma casa, sólo por el efecto Índice de Precios al Consumidor (IPC) de dicho período.
¿Cómo se viene la inflación este 2023 en Chile?
Las expectativas son optimistas. El indicador anual ha ido moderándose y, de hecho en el trimestre diciembre 2022 a febrero 2023 se observó una variación de sólo un 1%. Ahora, según los resultados de la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) de marzo, se espera que el IPC marque un 0.9% en marzo y un 4.8% en los próximos 11 meses. Por esto se proyecta una inflación anual de 5.20% a diciembre de 2023.
Se trata de 2 puntos porcentuales de inflación por encima del 5% estimado en la encuesta de enero, pero no dejan de ser cifras más convenientes que las observadas en 2022. De hecho, si la dinámica se mantiene, en 2024 podría cerrarse el año con una inflación de 3.3%, que es la meta sobre la cual trabaja el Banco Central.
Esta desaceleración de las presiones inflacionarias permitiría al Banco Central iniciar el recorte de la Tasa de Política Monetaria, para volver al 8% en diciembre de 2023 y al 5.5% en los próximos 17 meses. Los bancos trasladarían esta baja de la tasa rectora a las tasas de interés de los créditos tanto hipotecarios como de los créditos usados por las constructoras para desarrollar sus proyectos. Esto último favorecería el precio de los inmuebles, porque las inmobiliarias no tendrían que trasladar los costos de financiamiento a los compradores.
En la misma línea, Ángel Cabrera, socio y director ejecutivo de Forescast Consultores, dijo en la Charla Económica Mensual de febrero realizada por la Cámara Chilena de la Construcción, que la inflación cedería lentamente durante el año, porque los factores que afectaron a la economía mundial irán mermando: crisis de oferta energética y alimentos, alzas del transporte internacional y cadenas de suministro rotas (por el COVID-19 y la guerra en Ucrania).
Visión compartida por economistas jefes de los mayores bancos, que creen que la inflación se reducirá gradualmente gracias a diversos factores, como la recesión económica (disminuye la demanda de bienes), la moderación de precios internacionales y el debilitamiento del dólar.
En general, las expectativas de inflación se sitúan entre un 5% y un 6%, lo cual es una buena noticia para los futuros compradores de viviendas, que verán precios moderados y mejores condiciones de financiamiento.
Artículo escrito por Rafael Gana Koporcic / Déjanos un comentario